martes, 23 de abril de 2013

A mis queridas carmelitas de la costanilla de La Asunción

Hoy me sentía con ganas de hacer una receta de repostería de mi libro de repostera que heredé de mis padres, y que nunca utilizaron, mi madre por que le gustaba hacer repostería menos que a los gatos el agua, y mi padre que era un cocinillas bordaba los platos que hacía pero incursionaba poco en este área de la gastronomía. Eso sí, recolectaban cualquier receta que se les pusiera “a plato” y les gustara.
Así que al abrir el libro me aparecieron unas cuantas de esas recetas recolectadas, y que yo recuerde, nunca elaboradas. Leyéndolas, incluso les puse “cara” a algunas de ellas, y eso me hizo acordarme de las hermanas del convento de La Asunción (Huesca), de sus sonrisas, de sus cantos y oraciones, y por supuesto, del sabor de sus galletas. De forma que me dispuse a hacerlas, harina, mantequilla, anís del mono, ...
Una hora después tenía mis galletas ansiadas, esperadas, deseadas, pero ... tristemente siguen estando mejor las que hacen esas santas y venerables manos.
Pero bueno, cuando no hay pan, buenas son tortas, (en este caso galletas) y para darles un toque personal les puse dos coberturas, una de chocolate y la otra de mermelada de mango con fresas.
Ahí les dejo la foto final.
Dulces saludos.

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